Helena,  Viajes

«Cagao» te veas, y con el agua lejos.

Por nuestro trabajo viajamos mucho, unas veces nos vamos bastantes días, otras de vez en cuando salimos de madrugada y volvemos el mismo día a casa. Hace un par de días nos levantamos a las cuatro de la mañana puesto que teníamos que estar a las ocho en nuestro primer destino, a esas horas nos solemos tomar un café y nos vamos. Pues bien, según empezamos el viaje yo empece a notar que mi barriga no estaba muy bien, pero como estoy con tratamiento pensé que podría ser de ello , cuando hablándolo con Nacho nos dimos cuenta de que nos pasaba a los dos.

Unos kilómetros más y la cosa no fue a mejor, empezaron los retortijones de tal manera que llego la urgencia, él no se aguantaba más!!! encontramos una gasolinera en la que poder parar, pero…no podía ser, estaba cerrada!!!. Tras una dura decisión y con miles de camiones pernoctando, en mitad de una explanada anexa a la gasolinera llena de hierbajos y alimañas, vimos una caja de luz de esas de cemento rodeada de la poca naturaleza que tenía aquella gasolinera y la decisión fue rápida, o allí o en los pantalones. Yo me quede en el coche, aun no había amanecido pero podía ver como Nacho se adentraba allí, como un gorila en la niebla, y desaparecía tras la caja de luz. Se me hizo eterno pero después de unos minutos vi como regresaba con una cara mezcla de alivio y terror!

Huimos de la «zona cero» cuál viles delincuentes!

Mi temor e imagino que el suyo era que no habiendo mucha luz y debido a que la urgencia pintaba mal, se manchara la ropa y nos tocara darnos la vuelta a casa. Cuando entró en el coche me contó que se había desnudado de cintura para abajo del todo…ay madre!!! no quiero ni pensar si alguien le pudo ver lo que pensaría pero es cierto que en ese momento y visto lo visto, fue una buena decisión si queríamos seguir de viaje.

En cuanto salimos de allí unos metros mas adelante…horror!!! empecé a tener las mismas ganas y la misma urgencia que él con la diferencia que no podíamos parar en ningún sitio…entré en pánico pensando que me cagaría encima y sobre todo y mas importante…EN EL COCHE!!! por mi cabeza empezó a pasar toda clase de situaciones, hasta me vi intentando limpiar el asiento, pero claro por muy limpio que quedara el olor seguiría allí impregnado…habría que vender el coche con un anuncio que dijera : «se vende coche económico, por fuerte olor a caca».

Fueron pasando los minutos, las ganas iban y venían, me daban hasta sudores, pero tras dos paradas de trabajo por fin llegamos a una gasolinera, he de decir que salí escopetada y que no había nadie por la hora y al entrar ( yo que no se vivir sin toallitas humedas) en la tienda compre las primeras toallitas que habia para bebes y la pregunté a la chica «puedo pasar al baño con las toallitas?» (hasta el mas tonto se habría dado cuenta que iba con urgencia jajaja), el resto y muchos minutos mas lo dejo a vuestra imaginación , solo decir que Nacho pensó que tendría que entrar en el baño a rescatarme.

Seguimos nuestro viaje, muchos kilómetros unos 700 y deciros que los apretones siguieron pero por suerte hubo sitios y manera de solventarlos, si me preguntan que que es lo que mas me gustó de Soria, pues la verdad es que todo me pareció una mierda 💩💩😂

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