Cancer

Memorias Oncológicas

Me gustaría explicar que es lo que se siente exactamente cuando te dicen por primera vez que tienes cáncer y lo cierto  es que esta frase que oí en una película, lo resume todo “si te dijeran que te quedan noventa minutos de vida, ¿que harías?”. Esa fue mi sensación, creer que nada tiene ya sentido, que todos tus planes de futuro han desaparecido en un solo instante, si, ese momento en el que te dicen “tienes cáncer”, que simplemente todo se va a acabar y tienes que decidir que quieres hacer en un periodo muy corto de tiempo.

Después de ocho años sigo aquí, peleando contra ese tumor que insiste en hacerme creer que solo tengo noventa minutos para decidir y lo cierto es que a día de hoy sigo pensando que tengo toda la vida por delante, que cada día que pasa gano una vida extra y que tengo la enorme suerte de seguir jugando en este gran juego que es la vida y que voy ganando a la muerte día a día.

Evidentemente cada persona gestiona sus emociones de maneras diferentes. Por suerte soy una persona muy optimista y afortunadamente voy ganando la partida día a día aunque soy consciente de que aún me queda camino por recorrer, pero mi meta esta cerca.

Paradojas de la vida cuando de nuevo el cáncer llama a mi puerta y todo se derrumba, miro atrás y me doy cuenta de que estos han sido los cuatro años mejores de mi vida, aunque contengan momentos realmente difíciles. Conozco a una persona muy especial, me divorcio de otra no tan especial, fallece mi padre de un cáncer. Por si fuera poco llega el covid, nos quedamos sin trabajo, nos casamos, nos mudamos a otra ciudad, nos compramos una caravana, tambien fallece mi madre. No, no termina aquí todo, mis hijos me “regalan” su indiferencia, montamos nuestra propia empresa, no paramos de viajar, etc.

En cincuenta y tres años de vida, puedo decir que soy realmente feliz a pesar de la enfermedad y de todo lo que ello conlleva, estoy con un hombre maravilloso que ha sido el culpable de esa felicidad. 

No digo que el tener cáncer sea un jardín de rosas, lo que si sé es que hay que intentar ser feliz, ayuda muchísimo. Y si no lo eres, búscalo, nunca es tarde para empezar de cero.

El cáncer ha cambiado mi forma de pensar en todos los sentidos y los que piensen que la felicidad es una enfermedad, yo digo que no, que la felicidad es una opción.

Cierto es que cuando te dan una noticia así, todos buscamos un “Dios”, alguien en quien creer, un ser superior que te ayude a seguir viviendo, porque lo cierto es que ninguno queremos morir, nos da terror pensar en que esa posibilidad existe y lo cerca que nos parece que está en ese momento. Yo tengo a ese “Dios” que es la investigación, esos cientos de personas que a diario dedican su vida a estudiar la manera de que miles de enfermos, incluida yo, podamos “ganar la partida”, a mi “Angel de la guarda” que es mi oncólogo desde hace ocho años y por último mis “Ángeles” tod@s l@s enfermer@s, que día a día están ahí con su mejor cara independiente de sus vidas/problemas personales , te dan su cariño, su mejor sonrisa, te escuchan…en fin su empatía mas absoluta.

Todos y cada uno de los efectos secundarios, rabietas, lloreras de estos 2.920 días  de “vida extra” tengo que decir que han merecido la pena.

Si estas leyendo esto hazme caso…”¡¡SIGUE JUGANDO!!

4 Comentarios

Dejar una respuesta